por Angel Palermo
Sábado 7 de Junio de 1997
La Nación
Las provincias litoraleñas presentan condiciones agroclimáticas favorables para el crecimiento de los bosques. En la región mesopotámica, las inversiones en este negocio superaron ampliamente los U$S 1000 millones.
BELLA VISTA, Corrientes.- La fidelidad suele ser una característica básica de un matrimonio bien constituido y que perdura a lo largo de los años.
Esa lealtad no guarda ninguna semejanza con la que observan los mercados en un sistema capitalista. Justamente, el objetivo de los buenos empresarios es fabricar temporalmente un producto o un servicio en el lugar donde sea más barato y venderlo donde pueda obtener el mejor precio.
La elección sentimental de alguna región geográfica del mundo tampoco constituye una debilidad del sistema capitalista. Por eso, cuando ciertas estimaciones privadas revelan que en los últimos 5 años se quintuplicó la superficie forestada de la Provincia de Corrientes y, además, en toda la Mesopotamia se registraron inversiones relacionadas con el negocio forestal que superan ampliamente los 1000 millones de dólares, resulta interesante investigar las causas.
El mejoramiento del nivel de vida en ciertas partes del mundo como, por ejemplo, el sudeste asiático presiona sobre la demanda de mejores viviendas, muebles y otros derivados de la madera aserrada.
Del mismo modo, se observa una fuerte tendencia al consumo de contenedores de madera, envases de cartón y papeles biodegradables. A estas señales propias del mercado, se suma la sostenida tensión de las organizaciones ecologistas del Primer Mundo que restringen la explotación de bosques nativos.
En resumen, todas estas razones conforman una sólida demanda externa de productos derivados de la madera.
De las tres provincias litoraleñas, Corrientes es la que registra los mayores cambios en la dirección de profundizar el negocio forestal, así es que, de las 4500 hectáreas implantadas en e 1992 se puede pasar fácilmente a las 35.000 esperadas para 1997. Hay razones que explican este fenómeno.
En primer lugar una condición climática favorable (20 grados de temperatura y 1300 milímetros de lluvia medios anuales), en segundo término, la disponibilidad de considerables predios con aptitud forestal, vírgenes o ganaderos, que permite a los grandes inversores obtener una "masa crítica de madera de alto volumen" y, finalmente, los relativos bajos precios de la tierra. Se estima que una hectárea en las zonas más aptas puede costar unos 300-400 dólares, salvo en el límite con Misiones en que los valores son algo más altos.
"La mayoría de los polos forestoindustriales que se autosostienen está representada por algunas pocas empresas grandes que lideran la actividad procesadora y comercial con una canasta de productos finales, como madera en bruto, aserrada, manufacturada, reconstituida, pulpas y papeles, comentó Juan Adolfo López (h), técnico del INTA de Bella Vista, Corrientes.
"En ningún caso son propietarias de la totalidad de las materias primas, sólo lo son del 50 porciento, el resto está en manos de productores medianos y pequeños", agregó.
"Los bosques forestados en la Provincia de Corrientes con eucaliptos y pinos ocupaban en 1996 unas 188.000 hectáreas (pinos, 117.000 hectáreas y eucaliptos, 71.000), había unos 100 aserraderos y 5 plantas impregnadoras", puntualizó López. "La mayor superficie, agregó, se concentra en el noreste, departamentos de Ituzaingó y Santo Tomé; en el sudeste, Paso de Los Libres y Monte Caseros; en la zona centro, Bella Vista, Saladas, Concepción y San Miguel y en el sudoeste, departamentos de San Roque, Lavalle, Goya y Esquina".
A estas inversiones se adicionan las correspondientes industrias que procesan la madera, tal como por ejemplo, la de Protisa en Santo Tomé, Albano en Guarruchos, Fletcher-Challenger en Virasoro y la de Millar Western Pulp en Paso de Libres, que está a punto de concretarse.
Esta última fábrica demandará una inversión de unos 300 millones de dólares que provienen de inversores canadienses y argentinos. Se trata de una planta cuyo producto será la pulpa química mecánica, blanqueada y de alta calidad para la fabricación de papeles de impresión y cartón.
Este material será embarcado para destinos ubicados en Europa, Asia, el Pacífico y América del Norte, así como los países del Mercosur.
La materia prima necesaria es el Eucaliptus grandis, proveniente de plantaciones ubicadas en el noreste de Entre Ríos y sudeste de Corrientes.
La nueva industria requerirá un suministro energético de 80 megavatios y "la disponibilidad de energía hidroeléctrica a un costo razonable es la razón que justifica a Paso de los Libres como al zona de radicación", aseguran representantes de NLK Consultant Inc., uno de los socios del emprendimiento. "No se usará cloro y toda el agua será tratada y reciclada gracias al sistema de efluente cero, por lo tanto, no habrá contaminación alguna", finalizan los especialistas.
La forestación en Corrientes y en todo el país es una actividad subsidiada por el Estado. Ello constituye una de las pocas excepciones de un país que quiere crecer en un ámbito de competencia privada, con una economía sana y sin injerencias paternalistas.
Así es que, por ejemplo en la Provincia de Corrientes, los productores reciben a los 18 meses de implantación de una masa forestal aproximadamente $ 340 por hectárea (máximo 700 hectáreas por empresa). Además, hay otros reintegros a los 6-8 meses de la poda ($ 40 por hectárea) y por raleo ($ 50). Se estima que los costos de implantación por hectárea son: Pinus taeda, $ 478 y Eucalyptus grandis, $ 628, por otra parte, se está pagando en Bella Vista, cerca de $ 7 por tonelada de eucaliptos y $ 11 en el pino con más de 18 centímetros de diámetro. Los ingresos netos previstos al décimo año son $216 por hectárea, al año 16 son de $ 940 y al año 25 son de $ 3475.
Los inversiones registradas confirman que la forestación y la industria conexa a esta dejaron de ser la "cenicienta" de la producción agropecuaria. Hoy, gracias a la fuerza de un mercado en sostenido aumento y al desarrollo de técnicas agronómicas intensivas se está convirtiendo en una actividad pujante y muy tenida en cuenta por los fuertes grupos empresariales extranjeros y nacionales.
Las plantaciones forestales modernas tienen muy poco que ver con aquellas producciones extensivas y abandonadas a su propia suerte que solían observarse hace unos pocos años atrás. Hoy, se trata de una producción con muchos rasgos de la agricultura intensiva que se registra en la pampa húmeda. Veamos algunos ejemplos:
![]() |
![]() |
![]() |
Volver |
Página principal | Seguir |