Artículos periodísticos

De granero a supermercado agroalimentario

Domingo Di Nucci
8 de agosto de 1997
El Cronista Agropecuario

Hasta mediados de esta década la Argentina recibió el mote de ser granero del mundo. El apodo era el reflejo de los embarques de granos que recibían los europeos, acentuado a posteriori del final de la Segunda Guerra Mundial. Hoy, ese apelativo debería ser sustituido por el de oferente de alimentos con gran valor agregado. En la intimidad podría llamarse a la Argentina como el supermercado del mundo.

En un reciente y útil trabajo presentado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, se muestra que del volumen de exportaciones totales alcanzado en 1990, que fue de 12.353 millones de dólares, se pasó a 23.774 en el último año. Desagregando se observa que a comienzos de los años noventa el campo aportaba 3.339 millones de exportaciones agropecuarias primarias y 4.664 millones de manufacturas del mismo origen. En 1996 los productos primarios sumaron 5.810 millones y las manufacturas 8.426 millones de dólares. En función de estas cifras queda al descubierto que mas del 60% de las divisas que ingresan al país nacen en el campo.

Por otra parte, la Argentina se posiciona en un lugar de privilegio al confeccionar un ranking de exportaciones. Así es como se ubica en el primer puesto en aceite y harina de girasol, aceite de soja, jugo concentrado de limón, peras; segundo como exportador de maíz, sorgo granífero, harina de soja, miel; tercero en jugo concentrado de pomelo y jugo concentrado de manzanas. El listado resulta mucho más extenso y sirve para comprender el futuro que espera a la actividad agroalimentaria en el corto plazo.

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