Artículos periodísticos

Cambia el sector agropecuario

Paola Vaneri
13 de julio de 1997
La Prensa

A partir de la pronunciación de la Organización Internacional de Epizootias, declarando a la Argendna país libre de aftosa, el sector agropecuario comienza transformarse. Las empresas toman posiciones.

En los últimos tiempos, el panorama del sector cárnico ha comenzado a experimentar un cambio sustancial. En primer lugar, la Argentina fue declarada libre de aftosa, aunque con vacunación. De hecho, hace ños en nuestros país el Senasa, junto a los productores ganaderos, viene trabajando para lograr que este mal esté bajo control. Hace ya un par de años que no se registraban casos, primero en la Mesopotamia, luego en todo el país. Sin embargo, faltaba la declaración formal de la Organización Internacional de Epizootias (OIE) pare abrir paso a las exportaciones de carne argentina a paises que, a causa de la existencia de barreras sanitarias, no permitían el ingreso de carne proveniente de la Argentina. Ademas, nuestro país, fundamentalmente gracias a las características de la crianza y alimentación del ganado (extensivo y, por lo tanto, natural), se encuentra libre de BSE ("vaca loca"). Esta situación resulta muy favorable para la Argentina, permitiéndole entrar en nuevos mercados. Por ejemplo, Estados Unidos finalmente dio el OK pare la exportación de 20.000 toneladas de carne enfriada, cuota que fue otorgada luego de sesenta anos de prohibición. Esta cuota podría ser ampliada con una redistribución de la gran cuota de medio millón de toneladas abierta a Australia y Nueva Zelanda, en la que podria participar la Argentina. Con todo la entrada de carne argentina no va a ser automática. El consumidor norteamericano se ha habituado al gusto de la carne cuyos animales han sido alimentados con granos en feed lots. Y aunque tengan peor calidad que la argentina y, para peor, contengan más grasa y colesterol, habituar a los consumidores al gusto de la carne argentina requiere propaganda, educación del paladar y tiempo.

El ejemplo de la exposición hecha en Toronto, donde por primera vez en muchisimo tiempo los consumidores canadienses tuvieron la oportunidad de comer carne argentina, debe ser seguido en los Estados Unidos, multiplicado por diez.

ASIA TAMBIEN

El ingreso al mercado norteamericano podria abrir las puertas de otros mercados, como el asiático. Estos mercados,en general, se rigen por las mismas normas sanitarias vigentes en los Estados Unidos. Por lo tanto, es probable que a partir del acuerdo para la exportación de las 20.000 toneladas de carne enfriada a las Estados Unidos, también aumenten considerablemente las ventas a aquellos mercados que siguen los parametros sanitardos de este país. Los mercados de Japón y de Corea parecen los más prometedores. Rusia, que no desea carne europea por el problema de la "vaca loca", es asimismo un mercado prometedor y que ya ha estado explorando las condiciones sanitarias argentinas.

La Unión Europea, por su parte, presenta dos características que le quitan competitividad frente a los productos argentinos. En primer lugar, la presencia de la "vaca loca". Este fenómeno, además de tener un fuerte impacto sobre la producción de carne, incidió sobre los hábitos de consumo de los habitantes. En segundo término, los métodos de crianza y alimentación del ganado hacen que la calidad de la carne sea inferior a la argentina. El auge de los "feed lots", sistema de cría intensiva de los animales, tuvo como consecuencia la obtención de carne con mayor contenido de colesterol y grasa. La Argentina, por lo tanto, a partir de las nuevas condiciones sanitarias mundialmente aceptadas, debería tener un acceso más fácil a estos mercados en el futuro que en el caso de los Estados Unidos, ya que vía cuota Hilton, la carne argentina nunca desapareció del todo de la mesa de los europeos.

FUSIONES Y ADQUISICIONES

A partir del auspicioso panorama del sector cárnico argentino, en los últimos días se han producido cambios importantes en el mapa empresario del sector, que auguran no ser más que el primer paso en la dirección de la expansión del sector. Esto se debe a que, si bien el panorama futuro es excelente, la situación de fuerte endeudamiento de muchos frigoríficos en nuestro país, les impide realizar las inversiones necesarias para emprender nuevas conquistas de mercado y mejorar su productividad. Por lo tanto, la necesidad de incorporar capital externo es inminente, además de muy atractiva para el inversor.

El grupo Garovaglio y Zorraquin dio a conocer su decisión de comprar el 70% de Compañía Elaboradora de Productos Alimenticios (CEPA), empresa procesadora y exportadora de carne vacuna. El monto de la operación se estima en U$S 84 millones, aunque podría sufrir algunos ajustes luego de la auditoría que se realizará durante los próximos tres meses.

Alrededor del 80% de la producción de CEPA se orienta al mercado externo (Estados Unidos, Europa, Brasil y Chile), siendo una de las más importantes procesadoras y exportadoras de carne vacuna de capitales nacionales, con una participación del 17% sobre el volumen total. La compañía la integran tres plantas, dos de ellas en la provincia de Buenos Aires y una en Santa Fe, y sus ventas superaron los US$ 200 millones en 1996. Ademas, CEPA contribuyó con algo más del 12% de la cuota Hilton durante los primeros seis meses del año, totalizando sus exportaciones 1.482 toneladas. Por lo tanto, entre enero y junio de este añio cumplió con casi la mitad de las 3.000 toneladas de cuota que le otorga la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación.

La operación incluye la transferencia del 100% de las acciones de Willmor, el 80% de la curtiembre Grumbaum, Rico y Daucourt y la totalidad de Argenvases. Por lo tanto, el grupo Garovaglio y Zorraquin pasara a controlar las mencionadas empresas, además de CEPA. De esta forma, con parte de la liquidez que le proporcionó la venta de Polisur (Bahía Blanca) de su controlada Ipako a Dow Chemical, el grupo adquiere un fuerte posicionamiento en los tres pdncipales mercados (carnes, cueros para tapicería y proteínas para alimentación).

Grumbaum, Rico y Daucourt es una empresa líder en la producción y exportación de cueros para tapicería de muebles y automotores. La compañía facturó casi U$S 60 millones el año pasado y sus exportaciones se dirigen fundamentalmente a Europa. La elaboradora de proteínas para alimentación animal, Willmor, a partir del 1° de agosto propiedad del grupo Garovaglio y Zorraquin, facturó en 1996 unos US$ 20 millones. Argenvases, cuyas ventas superaron el año pasado los US$3 millones, produce envases de hojalata.

Sin embargo, los movimientos en el sector se están produciendo a lo largo de toda la cadena agroalimentaria, incluyendo, no sólo la compra de frigoríficos, sino también la adquisición de campos.

SOROS APUESTA FUERTE

Esta semana, Cresud, empresa que, como IRSA, es controlada por George Soros, informó sobre la compra a Swift-Armour de Campbell Soups, del establecimiento El Nacurutú, algo más de 30 mil hectáreas en el norte de la provincia de Santa Fe, además del establecimiento Tapenagá, casi 21 mil hectáreas al sudeste de Chaco, incluyendo 87.000 cabezas de ganado bovino y 1.640 equinos. La compra también incluye plantaciones y edificaciones, personal y contratos de arrendamiento y capitalización de ambos campos. El monto total de la operación asciende a $ 25 millones, $ 2 millones de los cuales fueron abonados por Cresud como pago inicial. Otros dos campos en la provincia de Córdoba fueron adquiridos por Cresud esta semana. Por ambas fracciones, ocupando 1.223 hectáreas y ubicadas en el departamento de Río Cuarto, la compañía abonará unos $ 2,2 millones, es decir, $ 1.650 por hectárea comprada.

La empresa pretende, con estas operaciones, tomar posiciones ante la expansión del sector ganadero que se espera en el mediano y largo plazo. En realidad, más correcto es decir expandir posiciones ya que Cresud ya tiene extensos campos aptos para la ganadería en Catamarca, este de Salta y norte de Córdoba.

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