Artículos periodísticos

Los alimentos de cara al 2000

Angel Palermo
28 de Marzo de 1998
La Nación El Campo

Se pronostica que las exportaciones agroalimentarias de nuestro país alcanzarán los 60.000 millones de pesos; las empresas se preparan para afrontar ese crecimiento.

Un futuro pletórico de esperanzas y crecimiento parece estar destinado para el sector agropecuario y la industria conexa elaboradora de alimentos. Esta resultó la conclusión global que surgió de una jornada denominada Nuevas Perspectivas Estratégicas de la Argentina, organizada por la recientemente creada Secretaría de Planeamiento Estratégico, encabezada por el doctor Jorge Castro.

Ante un nutrido auditorio, los máximos representantes de las cámaras de semilleros, agroquímicos, de tractores y de la industria de la alimentación, así como funcionarios de empresas de la magnitud de Aceitera General Deheza, Cargill, Cresud, Nestlé, Nutripac, La Paulina, entre otros y varios líderes políticos, mostraron a su turno, un cúmulo de datos generales y particulares que ponían de relieve la positiva transformación económica y sectorial que se registró en la década del noventa.

De esta forma, los dirigentes confirmaron un apoyo explícito al modelo económico que se basa en la competencia, en la libertad y en la apertura y que permitió además, "la puesta en marcha de una revolución agrícola y agroindustrial".

Los 63 millones de toneladas de granos esperados para esta campaña parece ser una transición hacia nuevos y superiores techos de crecimiento y los 10.000 millones de dólares de inversión registrados en la industria alimenticia en los últimos siete años, podrían incrementarse en el futuro inmediato. El optimismo se base en hechos tales como, por ejemplo:

La Argentina es hoy el octavo productor mundial de alimentos y el quinto exportador; el complejo oleaginoso aceitero argentino compite internacionalmente en igualdad de condiciones tecnológica que su similar norteamericano y además, el 40 por ciento de las importaciones demandadas por el densamente poblado sudeste asiático corresponde a productos que nuestro país exporta hoy al mundo.

Hechos

"Los estados de Iowa, Illinois, una zona que rodea a la ciudad de Odessa en Ucrania, otras regiones del sur de Brasil y una buena parte de nuestra pradera pampeana, son las tierras más aptas del mundo para la producción agropecuaria, ésa es una ventaja muy importante y que debemos aprovechar al máximo", comentó Enrique Gobbée, presidente de La Paulina.

"En 1996 el mercado total de semillas fue de 872 millones de dólares, cifra que superó a los 621 de 1995. Los próximos saltos de competitividad no van a estar dados por grandes aumentos de la superficie sembrada, sino por el aporte de la biotecnología aplicada al fitomejoramiento", expresó Alberto Goñi, presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos.

"Desde 1990 y hasta 1996 la demanda de equipos para el agro se incrementó de la siguiente manera: tractores 64 por ciento, cosechadoras 193, riego 290. La diversidad de modelos presentados por las empresas es muy superior a la de algunos años atrás, vale comentar que en la ExpoChacra Ô98, Agco presentó 22 equipos, Case 13 y John Deere 51. Nuestros clientes son ahora muy exigentes", complementó Eugenio Valenciano, de la Asociación Argentina de Tractores.

"Para que el aporte que puedan hacer los agroquímicos a la productividad agropecuaria siga aumentando resulta imprescindible la total aplicación del Derecho de la Propiedad Intelectual sobre los productos. Una falta de seriedad en los registros y en la protección de la propiedad intelectual puede provocar retrasos en la incorporación de tecnología e imposibilidad de alcanzar el máximo productivo", comentó Carlos Salvador, vicepresidente de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes.

El secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagpya), Felipe Solá, reconoció que la economía no está representada "sólo por cifras, sino también por sentimientos" y resulta justo reconocer que a aquel que le pagan "250-300 pesos de alquiler por cada una de sus 100 hectáreas" pueda sentirse "excluido y desplazado".

Para el secretario, los logros alcanzados por el sector agroalimentario argentino deben convertirse en una base para el próximo crecimiento del país.

Exportaciones

La Sagpya proyectó que las exportaciones agroalimentarias alcanzarían en una década los 60 mil millones de dólares, si se mantiene una tasa de crecimiento del 7,8 por ciento anual y las actuales condiciones para la producción.

En ese mismo período, con una tasa acumulada de crecimiento del 5,7 por ciento, la producción agroalimentaria podría superar los 130.000 millones y las inversiones en el sector rondarían los 20 mil millones de toneladas.

"Tras el desconcierto económico vivido en el país durante varias décadas, la transformación registrada desde 1990 tuvo impacto pleno sobre el campo que resurge en el plano internacional con la misma fuerza que a principios de siglo", destacó Solá.

Como ejemplo, el funcionario se refirió al valor de la tierra, que hasta se triplicó en algunas zonas, llegando a más de 5000 dólares por hectárea, según la ubicación y aptitud de la misma. La tierra pasó de ser un bien de especulación financiera e inmobiliaria en una inversión plena dentro de un proceso productivo rentable, consideró.

El complejo agroindustrial se convirtió en uno de los más dinámicos de nuestra economía, diagnosticó la Sagpya. Sólo en la industria procesadora -continúa- de alimentos se habrán invertido unos 12.000 millones de dólares desde 1990. El producto bruto agroalimentario creció un 25 por ciento desde 1990, gracias al efecto multiplicador.

El funcionario comentó para finalizar que es aún una asignatura pendiente el afianzamiento de "un paquete de tecnología agronómica para los pequeños productores", que la tierra ya no es un bien de "especulación, sino de producción" y que el campo ya "nunca más será lo que fue en algún momento".

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